entre muchedumbre de revoloteos,
de susurros y picoteos
se pasea cual golondrina única,
ella,
en su estación de falda florida
en luces coloridas
con el cinto ceñido a contornos de vida
y una diadema índiga de tornasoles
mientras va abrazando al viento
con alas que inventó de un dolor
de los mismos muñones
que le nacieron un día
a su alma de hada
por aquel llanto de un poema frustrado
que se repite al infinito buscando quien le llene
el vacío de una culpa antigua.
Y ella, que como todos, iba cruzando
el interminable océano
cósmico de las musas y sus inspirados,
cayó al suelo brillantino
de los versos perversamente intensionados.
Cuando se levantó, sacudió el polvo repentino
de estrellas muy fugaces y quiso volar.
Fue así que por sólo quererlo
le nacieron esas alas que veo
desde aquí abrazando brisas y torbellinos.
Y se abrasa ella en su calor
de estrella con vocación de supernova.
Puede que si el tiempo da
desde este Universo la veamos como pare, muchos más.
Ella,
siempre sonriente, al menos por fuera
viste los colores de la amistad eterna
Zambulle en hordas del tumulto y se diluye,
fluye con la multitud de luces
diluida en su eternidad.
Vuelvo al parque, menos abstracto
más concordante con estas tres dimensiones físicas
y la observo desde aquí, disuelta
entre tantos y tantas,
entre tanto encuentro y reencuentro
va diluida en minutos sin minutero
mientras yo, de lejos la contemplo.
Yo,
que me guardo y me concentro
que me reservo y añejo desde estas distancias,
las más lejanas de la virtualidad de estos tiempos,
voy en la vida concentrado
lleno de mis sabores intensos
y ella, que diluye los suyos en el afán social de cada día,
de bohemías interminables y cosquilleo de duendes museros,
de seguro ha probado desde el más dulce
hasta el más ajenjo al paladar de los sentimientos;
y me pregunto:
Qué bebida formaremos
para la vida que nos deguste como un nuevo fermento?
Y me propongo:
De las dos aguas, de la diluida suya
y la concentrada que llevo
seamos mosto en uno que de nuevo
del agua haremos vendimia al instante de un beso.
Entonces, como aquel viejo recuerdo
sabremos si somos vino
para llenar infinitos cántaros
de nuevos recuerdos.
augusto poderes copyright April 20, 2015 All Rights Reserved